Platillos voladores sobre Oviedo
El estadounidense James Proctor fue el ganador de la prueba de este deporte en el que unas canastas sustituyen a los hoyos y los ‘frisbee’ a las pelotas de golf.
La ciudad acogió el fin de semana el I Open de España de disc golf, en el que participaron 72 jugadores
NOTICIA DE NOELIA G. ARNEDO
«I love the winter in Spain». Esta fue una de las frases más escuchadas durante el fin de semana en Oviedo. La capital asturiana acogió el I Open de España de disc golf, en el que se dieron cita 72 deportistas, de los que 52 llegaron de distintos países europeos. También de Estados Unidos. Entre ellos, el ganador de la categoría Open Masculino, James Proctor, tal y como se esperaba.
Los asturianos Carlos Fernández, de 17 años, y Aída Rey, de 15, se encontraban entre los favoritos para pisar el podio, pero los dos se quedaron a las puertas de la final. «Son torneos muy duros», señala Raúl López-Cancio, uno de los organizadores de esta prueba de carácter internacional. «No hay que olvidar que solo llevan tres años en este deporte y han tenido que competir con verdaderos profesionales del disc golf, que acumulan una trayectoria de más de 20 años».
«Los nervios me jugaron una mala pasada. La última ronda me salió bastante mal y eso se paga», asegura Carlos Fernández. Pese a ello, terminó sexto, cumpliendo así su objetivo de colarse entre los seis primeros. «Es verdad que tenía cierta ventaja por ser local, pero vinieron deportistas muy buenos», matiza el joven. «Lo importante es tener cabeza. La técnica también es necesaria, pero se consigue con rutina y entrenando lo máximo posible».
Mientras que algunos disfrutan teniendo el balón entre los pies, Carlos lo hace viendo planear el disco. Uno de sus rituales antes de tirar es el de intentar dejar la mente en blanco y visualizar la canasta. Por el momento, no le está yendo nada mal.
Aída suele practicar este deporte en familia, en compañía de su hermano y de su padre. Aunque en esta ocasión el resultado no ha sido el previsto, se queda con un buen sabor de boca. «He aprendido mucho de las otras jugadoras. Ellas estaban mucho más relajadas que yo y se lo pensaban mucho a la hora de lanzar».
Con una nueva experiencia a su espalda, esta joven promesa del disc golf asturiano asegura que le gusta este novedoso deporte por lo entretenido que resulta. «Es muy dinámico. Cada hoyo, cada tiro. Ninguno es igual al anterior. No es un deporte fácil, pero puedes mejorar muy rápido».
Bermudas y camiseta
Como si estuvieran en Hawai, con bermudas y camiseta. De esa guisa pasaron el pasado fin de semana, soleado y con excelente temperatura, los noruegos, finlandeses o norteamericanos que participaron en el torneo internacional de disc golf que se celebró este fin de semana en Oviedo. «Para ellos era como si estuvieran en verano -apunta Raúl López-Cancio-. No solo disfrutaron del buen tiempo, también del campo. De hecho, llegaron a decir que era el mejor sitio en el que habían jugado». Unas palabras que recompensan todo el trabajo que tanto Raúl como sus otros dos compañeros, Fernando López-Cancio y Carlos Río, quien introdujo este deporte en Asturias, llevaron a cabo para que el recorrido no defraudara a los jugadores.
Gracias a este deporte, en el que se sustituyen los hoyos por canastas y las pelotas de golf por discos voladores, el nombre de Asturias se escucha incluso al otro lado del charco. «Nuestro objetivo ahora pasa por crear nuevos campos en España donde poder jugar al disc golf sin dejar de hacer gala de los que hemos abierto en Asturias, ya que han sido los primeros».